“Sentimientos, sensaciones, instantes…eso es el Claro de Luna, un lugar en el que todo, absolutamente todo, es posible.”

lunes, 31 de marzo de 2008

Sobre comedias románticas

Esto es lo que pasa cuando se me deja pensar demasiado de forma muy pesimista (¿o quizá debería decir realista?)…

El otro día vi una comedia romántica de esas que dos horas después ya no se acuerda una ni del título pero que el argumento siempre se reduce a lo mismo: chico conoce a chica, ambos se idiotizan, luego se mete alguien en medio para darle un poco de emoción a la película y finalmente acaban juntos. Y ya está, esa es la trama de toda comedia romántica. Lo curioso es que si nos fijamos bien, en ninguna de ella veremos que la historia narre algo más después de que los dos protagonistas acaben juntos, en alguna como mucho aparece la boda justo al final con un “y vivieron felices y comieron perdices” y listo, nada más. ¿Alguien se ha preguntado alguna vez cómo siguen todas esas historias? ¿Alguien se atreve a narrarlas? ¿No? Bueno, pues ya lo hago yo.

Partimos justo después de la boda, cuando toda película se acaba mostrándonos qué feliz está todo el mundo. Pues bien, unos seis meses después del acontecimiento, justo cuando ya empiezan a notar lo difícil que será terminar de pagar esa boda, ella se queda embarazada. Entonces él tiene que meter ni sé cuántas horas extras para poder afrontar todo lo que supondrá eso y tras nueve meses, llega el niño. En este momento todavía tiene la estúpida idea de que son o seguirán siendo felices. Pero son casi unos recién casados y el bebé no les ayuda precisamente a su relación de pareja, así que poco a poco se van distanciando y empiezan a aparecer las primeras brechas en esa relación. Pasan los años y ellos siguen hasta el cuello intentando poder pagar todo lo que el niño necesita. Cada vez se hacen más brechas y aumentan las discusiones en la familia porque hay demasiada tensión. En dos tres años les llega el siguiente bombazo: ella se ha quedado de nuevo embarazada. Tienen muchos problemas entre ellos y su economía no está precisamente para tirar cuetes, pero aún así deciden tenerlo, pensando que ese nuevo hijo les ayudará a unirse un poco. Ilusos. ¿Qué pasa después? Pues que unos pocos años más tarde se dan cuenta que todo eso no aguanta en pie ni un minuto más y deciden separarse, así que mandan a ambos niños al psicólogo para intentar que el trauma sea lo más pequeño posible, pero no lo consiguen, se quedan traumatizados para siempre y con unas carencias afectivas bastante importantes. Sigue habiendo más discusiones entre la pareja que se separó porque los dos quieren quedarse con la mayor cantidad de cosas posibles y después de conseguir repartirse todos los bienes que tenían, se acuerdan de que tienen hijos y empieza la disputa por ellos. Da igual quién gane, los hijos aún se traumatizan más, se empiezan a meter en mil problemas diferentes, pero los padres siguen intentando utilizarlos para molestar más al otro. Continua pasando el tiempo y por fin cuando los hijos están más cerca de los treinta que de los veinte, consiguen marcharse de casa y conocen a alguien que ellos denominan como “especial”, se vuelven a idiotizar y juran que no les pasará lo mismo que a sus padres. Pero ellos también son unos ilusos. Claro que volverá todo a ser igual, es una historia que no hace más que repetirse. Y si alguien no me cree, por favor que intente buscar a una pareja que lleven más de diez años casados, con hijos y que encima sean realmente felices. ¿Conocéis a alguien así? Yo no, porque no se acaban las películas como todo el mundo dice, sino con un “y vivieron amargados para siempre y se atragantaron con las perdices”.

1 comentario:

maria varu dijo...

Mi querida Clair, creo que si estás pesimista aunque la realidad nos muestre parejas como las que tú has explicado.

No todas las parejas son iguales, hay de todo como en botica. Creo que lo fundamental es la base, y la base es el amor que nace entre los dos, no lo que se tiene, se quiere tener o lo que se desea obtener, eso es relativo y un amor de verdad por AMBAS PARTES tiene ya un seguro de éxito. Pero como siempre, ha de ser cosa de dos.

Nadie nos aseguró que la vida fuera un camino de rosas, pero podemos ayudar plantándolas.

Besos Clair.