“Sentimientos, sensaciones, instantes…eso es el Claro de Luna, un lugar en el que todo, absolutamente todo, es posible.”

domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Qué es la amistad?

Este texto fue creado el dos de marzo del 2007 pocos días después de mi vuelta al mundo literario tras una pausa de varios años. Hoy, cuando mi vida está llena de traición, comparto estas líneas con vosotros para recordarme a mí misma lo que pensaba hace no muchos meses e intentar que estos temas no me hagan perder la sonrisa. Espero tener fuerzas y argumentos suficientes para poder seguir defendiendo esta opinión.


¿Qué es la amistad? Por muy sencilla que parezca la respuesta quizá tengáis problemas para definir esta palabra. He conocido a varias personas que han intentado dar su versión acerca de la amistad y lo cierto es que podría dividirlas principalmente en dos grupos. En el primero está todo aquel que opina que sólo se tienen amigos para poder pedirles favores, por lo que creen que no es más que un contrato en el que, mientras las dos partes cumplan con lo suyo, esa “amistad” seguirá en pie, pero que en cuanto deje de darse alguna de las cláusulas convenidas, todo se habrá acabado. En el segundo grupo se encuentran los que por culpa de los anteriores han acabado pensando así. Me explico: unos tienen amistades únicamente para poder sacar algún beneficio y los otros creen que no existe más gente que piense de otro modo, es por ello que están sumergidos en el pesimismo, creyendo así que no hay nadie que no vea a los amigos como simples partes de un contrato.

Yo, a mis casi dieciocho años, estoy en disposición de poder anunciar a los dos grupos ya mencionados que ambos se equivocan. Puede que sea parte de una minoría o incluso que sólo yo piense así, quizá por ser demasiado ingenua e inocente y pensar que siempre queda algo bueno en las personas que merezca la pena ser salvado. En mi opinión (que no es más que eso, sólo una opinión entre miles y miles distintas que pueda haber) si se tiene un amigo no es para sacar todo el beneficio posible, no es para poder pedirle cien favores y que esté “obligado” a cumplirlos en nombre de esa amistad. Esas personas son especiales, tienen algo que únicamente ves tú y que por eso decides que valen mil sacrificios intentar pelear por ellos. No hay que esperar a “deberles” un favor para ayudarles o portarse bien con ellos, simplemente es algo que sale de dentro. Les das todo lo que puedes porque te importan, porque es gente que se lo merece (las cosas buenas, por supuesto) y saber que algo les va mal te parte el alma. Por ello aviso a mis amigos que si hace falta les ofrezco hasta mi voz cuando necesiten gritar y no puedan. También les digo que quizá no consiga darles todo lo que necesiten (cosa que no será por no haberlo intentado), pero que todo lo que les de será cuanto tenga. Porque para mí la amistad no es dar esperando recibir, es dar sin esperar nada a cambio, pero que como la otra persona piensa parecido al final ambos salen ganando. Hay que saber que lo importante no es lo que les puedas pedir y que encima al darles todo obtendrás algo que no querrás cambiarlo por nada: la sonrisa que te dedican por haber intentado al menos ayudarles (aunque después no saliese bien) y la alegría que les produce saber que tienen a alguien que intenta cuidarles.


Después de todo este rollo que os he metido, creo que sólo me queda concluir diciendo que si alguien es lo suficientemente especial como para poder considerarlo tu amigo, se merece todo el cariño que puedas darle. Y recordad que el mayor regalo que te pueda hacer un amigo es justo eso, que sea tu amigo.

Cuidad de cada amigo como si fuese el único en el mundo que te comprende, anima y alegra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimada Clair, realista escrito sobre la amistad. Realista y quizás duro en tus definiciones, acorde al entorno que nos rodea donde predominan los intereses y la utilidad de las cosas, por eso me quedo con tu conclusión final:

“... si alguien es lo suficientemente especial como para poder considerarlo tu amigo, se merece todo el cariño que puedas darle. Y recordad que el mayor regalo que te pueda hacer un amigo es justo eso, que sea tu amigo.”

La amistad es ese amor sin posesión, es ese amor que nace porque sí, que no pide, que recibe y se da. Esa clase de amor sólo puede vivirse, compartirse y aceptarlo porque nace sin más. No hay derecho ni obligación, simplemente es saber compartir aquello que cada uno tiene y puede aportar. La sinceridad en este compartir es esencial y la presencia de ese amigo/a insustituible. En el momento en que aparecen intereses, obligaciones y demandas esa amistad no puede ser así llamada.

El hacer del que se dice amigo, y el tiempo demuestra que no lo es, no debe ser motivo para que nosotros cambiemos de postura, o de criterio sobre la amistad, creo que debemos actuar y pensar según nuestro propio sentir y según nuestra comprensión. La amistad para mí sigue siendo igual y la misma independientemente del hacer ajeno y la vida nos sorprende con verdaderas e inesperadas amistades cuando seguimos el camino de la verdad.

Comparto contigo ese sentir de la amistad y de una forma acorde al momento y a las técnicas actuales creo que nuestra sintonía puede interpretarse como una “amistad virtual”, al menos así lo siento.

Un sincero abrazo.