“Sentimientos, sensaciones, instantes…eso es el Claro de Luna, un lugar en el que todo, absolutamente todo, es posible.”

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Voces de Depresión

Era uno de los más antiguos de la casa o el que menos se habían molestado en repararlo al menos. Hacía varios años que no servía para nada que no fuese amontonar trastos viejos y polvo en cualquiera de sus rincones, sólo que aquel día ella estaba allí, sentada en el suelo, sujetando las rodillas contra el pecho, intentando refugiarse del resto del mundo, queriendo quedarse en la tranquilidad que le proporcionaba la soledad. Únicamente la pequeña bombilla que colgaba del techo era la encargada de proporcionar un poco de luz a aquella estancia, bombilla sin ningún tipo de tulipa, pues nadie se molestó en poner una nueva cuando ésa se rompió. A ella no le importaba que no hubiese demasiada luz, es más, lo prefería así, necesitaba perderse en sus pensamientos y de haber colores muy intensos perdería su ensimismamiento. La pequeña fuente de luz comenzó a oscilar muy levemente a causa de un viento sin procedencia concreta. Tras varios parpadeos se apagó, bañando toda la estancia de una oscuridad casi total. Fue entonces cuando ella sintió algo, algo que no debía estar allí y levantó la mirada en su busca, pero sólo se tropezó son sombras que danzaban con ritmos diferentes. Intentando escuchar algún tipo de ruido agudizó el oído hasta conseguir captar varios susurros dirigidos a ella.

-Hacía mucho que no hablábamos.

-¿Dónde estás? ¿Quién eres? Nunca he hablado contigo, ni siquiera sé quién eres.

-Claro que lo sabes niña. Escucha atentamente mi voz, ya la conoces, la habías oído antes. Soy la que siempre viene a decirte la verdad.

-¿Y para qué has venido hoy aquí?

-Te he visto muy sola, aquí arriba tan triste. ¿Por qué no vas con el resto?

-Hoy no quiero estar con ellos, me apetece estar sola un buen rato, necesito tranquilidad.

-¿Estás segura de que eso es cierto? Porque yo creo que lo que dices y la realidad no coinciden en absoluto. Me parece más bien que son todos ellos los que no quieren estar contigo, los que quieren que les dejes solos y en la tranquilidad que da el hecho de no estar contigo.

-No sabes lo que dices.

-Claro que lo sé. Estás fuera de sus vidas, no te quieren en ellas, te han dejado completamente sola, no formas parte de nadie y sabes tú mejor que cualquiera que no les importas a ninguno de los que hay ahí afuera.

-Eso no es verdad…Quizá no haya muchos, pero está mi familia que intenta apoyarme siempre que puede, mis amigos que me animan en los malos momentos y casi nunca me fallan, y…

-Y…¿él? Veamos…tu familia…no haces más que causarles problemas y sumergirles en disgustos uno tras otro. No, no te hagas ilusiones en vano, lo único que consigues cada día es que se angustien por lo desastre que eres, seguro que se sentirían más aliviados si tú dejases de meter la pata cada dos por tres, si dejases de molestarlos con todas tus ocurrencias absurdas…Tus amigos…¿realmente existen? Vamos, niña, ya sabes la respuesta. Quizá como mucho puedas llamarles conocidos, pero ¿amigos? Tú no sabes lo que es eso, siempre te alejas de ellos, manteniendo las distancias. Con esa conducta fría nadie va a confiar en ti y sabes que es así, no te engañes. No se quejan de ti a la cara, por supuesto que no, pero cuanto menos tiempo estén contigo mejor para ellos….Y él…por favor, ¿qué puedo decir? Tanto que te importa y te da terror llamarle por teléfono, pero no es por no molestarle ¿a que no? Por mucho que intentes autoconvencerte ambas sabemos que la mayor de las razones es por que sabes que pensará algo así como “¿Para qué demonios me llama?”, pero también sabes que por mucho que lo piense no te lo dirá, pero simplemente por pura educación, nada más.

-¡No, mientes, basta ya! Nada de lo que has dicho es cierto, ¡no pienso escucharte más!

-No necesito que me escuches, dentro de ti sabes que todo lo que estoy diciendo es verdad, es más, es lo que en el fondo piensas, pero nunca te atreverás a admitirlo en voz alta, siempre has preferido dejar ese pequeño margen de duda para sentirte a salvo, para no tener que enfrentarte con toda esa realidad. Por mucho que intentes negarlo siempre pensaste así e incluso hoy sabes que todo esto es cierto. ¿Niña, de qué te sirve negarlo? El simple hecho de estar aquí sentada medio sollozando me da la razón. Absolutamente nadie te ha incluido dentro de su vida, estás sola, sin nadie que suba a hacerte compañía…¿realmente crees que alguien se dará cuenta de que falta ahí abajo? ¿Y aunque se den cuenta…crees que les importará? Mientras estés aquí no puedes hacer daño a nadie, no puedes molestarles, ni amargarles, ni nada de nada. Estarán más contentos mientras tú sigas aquí arriba.

-No sigas, yo ya sé lo que pienso, sé lo que tengo en la cabeza….y hay muchas cosas en las que creo que tienes razón. ¿Pero y si no es así? ¿Y si eres tú quien me está bloqueando, quien me impide pensar con total claridad?

-No te engañes, no vale de nada. Es mejor que lo aceptes cuanto antes. Ya te he demostrado que no sirves para nada, yo te estoy siendo completamente sincera, pues no tengo motivos para mentirte, sólo quiero ayudarte a que comprendas que tu sitio está aquí arriba completamente sola y no ahí abajo, déjales ser felices. Lo que te digo no es para hacerte daño, es para que veas la realidad, pero no te preocupes, yo te haré compañía, puedes quedarte aquí llorando, no molestarás a nadie, nadie se acordará de ti.

Tras unos instantes de silencio la bombilla que colgaba del techo parpadeó hasta volver a encenderse y ella siguió allí acurrucada, perdida en sí misma y con la cabeza ladeada, como si la estuviese apoyando sobre el hombro de alguien.

1 comentario:

Anónimo dijo...

oye bruja, me encanta tu blog, eres la caña. oye y haciendole referencia a esta entrada: ¿ya sabes que el consejo de sabias sin ti no es lo mismo, no? jeje. pues eso, que ni p*** caso a esas vocecillas que te empujan a pensar esas chorradas de que estas sola. :P .

tu botoncito. jeje.